ABRACÉ LA AURORA
Conversé con las flores algo marchitas,
con las hojas al paso de su aterrizaje otoñal,
con el ave de huidas, por el frío aterrador,
con la esquina lúgubre de vacío,
con los pilares de la carretera,
les conversé y atenta les escuché,
pero la noche iniciaba su juicio, brutalmente.
Tomé todas mis armas contra ella,
quise destruirla, la injurié,
porque hizo desvanecer de mi espíritu,
la esperanza,
me dejó pendiendo del terraplén de mi,
frente a mi y fue allí,
que me revolqué con lo real y lo ensoñado,
conjuré al cielo para recuperar
las facultades y salir de lo tenebroso,
quise ligarme a la tristeza, como defensa,
llamé a la justicia de mis creencias
y logré que la noche escuchara mis reclamos,
sequé mi apetito de triunfadora,
coroné mis demonios con ternura
y los verdugos anunciaron la aurora…
La abracé largamente,
descubriendo allí, el aroma y sabor
que calmó mi alma…
Dejando al fin que la vida entrara por mi,
Pudiendo fluir a su ritmo, a su levedad,
A su complacencia absoluta.
mpv.
3 comentarios:
Este me encantó, Moni, de verdad..
gracias marcela...quizás porque has vivido algo asi...
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